Los hoteles rurales cargan con muchos estigmas cuando se les compara con los urbanos. Que si está lejos de la ciudad, que si es aburrido, que si las horas pasan muy despacio… Pero nada más lejos de la realidad.
Un hotel rural es la alternativa perfecta para desconectar de la rutina del día a día. Para huir de la ciudad y respirar aire fresco, mezclarse con la naturaleza, pasear por remansos de paz y degustar la gastronomía local que tanto caracteriza a las regiones españolas.
Pero ¿qué tiene que tener un hotel rural para que lo puedas disfrutar al máximo? Es decir, para que puedas extraerle todo el jugo a una escapada de fin de semana con los niños o con tu pareja. Según nuestro punto de vista, cinco cosas que te contamos a continuación:
Guía sobre el lugar
No nos engañemos: normalmente, el que busca un hotel rural es porque está interesado en su enclave. Si te vas a Pamplona, dónde se ubique exactamente el hotel puede ser más secundario porque moverse por la ciudad es sencillo, las actividades turísticas son siempre las mismas y los museos no van a dejar de estar ahí. Puedes acudir en tranvía, autobús o paseando.
Pero el que va al hotel rural sabe dónde se está quedando y le interesa que sea en un lugar que lo tenga todo en cuanto a posibilidades de disfrutar de la naturaleza. Por ello, el hotel rural debe ser consciente de esto y proporcionar toda la ayuda posible sobre las distintas opciones de la zona. Si puedes hacer turismo activo en la naturaleza, mejor, ¿no te parece?
Qué rutas de senderismo hay disponibles, cuáles son los pueblos más cercanos, qué visitar, qué degustar, qué deportes practicar… Es decir, los empleados del hotel deberían poder proporcionar la información necesaria para que la experiencia en la zona sea insuperable.
Puedes pedir un tríptico con información de la zona, que algunos hoteles rurales lo tienen por su alta demanda. Pero sin duda lo que mejor resulta y más gusta a los invitados es charlar de forma relajada con algún miembro de la recepción, que se desgañitará para que vuestra escapada sea espectacular tanto dentro como fuera del hotel.
Si eres ciclista por ejemplo, este tipo de hoteles rurales son lugares perfectos para practicar BTT o ciclismo de carretera.
Acuerdos con centros culturales y actividades de ocio
Si eres de los que hace de todo, esta característica es básica para ti. Es muy común que los hoteles rurales tengan acuerdos apalabrados con empresas de la zona, de modo que puedas disfrutar de alguna actividad a precio reducido solo por alojarte en el hotel rural en cuestión.
Por ejemplo: imagina qué fácil se te pondría una escapada si cuando llegas al hotel en la recepción te dicen que vas a poder disfrutar de una sesión de rafting a mitad de precio con una empresa. O que vas a poder visitar el interesante museo de piedras preciosas del pueblo local de forma totalmente gratuita presentando tu recibo del hotel o en el caso de Quinto Real, que puedes visitar la Real Fábrica de armas de Eugui.
Foto Diario de Navarra
Y sabiendo lo que da de sí la atmósfera rural… ¡Imagina la diversión y entretenimiento! No vas a tener horas suficientes en un fin de semana.
Comida casera en el restaurante
Es un pecado el ir a un hotel rural y no poder disfrutar de la gastronomía local preparada de forma casera.
Una de las cosas que más gustan a las personas que se escapan durante un fin de semana al campo es el poder romper con lo habitual, y nada mejor que la gastronomía para ello. En sus pequeñas vacaciones buscarán el placer de los pequeños detalles, y es ahí donde la mano casera marca la diferencia.
Si vas a un hotel rural y éste no tiene servicio de restauración 100% casero, a tu experiencia siempre le faltará un punto.
Atmósfera de ensueño
No te conformes solo con estar en el campo; busca que además el emplazamiento del hotel rural ofrezca unos atractivos imposibles de encontrar en la gran ciudad. Por ejemplo, unas vistas espectaculares a la sierra o un bosque lleno de árboles y flores o a un lago, para pasear después de comer.
Si te pones exquisito puedes buscar incluso un hotel que tenga cerca un río en el que poder bañarte, o un jacuzzi en la habitación para darte un baño de burburjas y resguardarte del fresquito de fuera. ¡Todo es posible en un hotel rural!
Pocas habitaciones
No es una característica imprescindible, pero es deseable. Cuantas menos habitaciones tiene el hotel rural, más atento es el personal y mejor la calidad del servicio. Es como una regla de tres que se da en el 95% de hoteles rurales de nuestro país.
Si vas a un hotel en el campo con muchas habitaciones no quiere decir que no te lo vayas a pasar bien. De hecho, si su propietario sabe qué es lo que diferencia a los buenos hoteles rurales de los malos, insistirá mucho a sus empleados para que muestren la cara más amable que puedan.
Pero la norma general es que a mayor tamaño, peor trato al cliente. Y como te contamos en este otro post sobre los hoteles con encanto, el trato a los huéspedes es una de las características más comunes de los hoteles alejados de las grandes urbes.
En resumen: trato humano, ocio y los pequeños detalles
Estas son las características que consideramos que debería tener un hotel rural para que pudieras vivir una experiencia rústica inmejorable durante tu estancia. Si quieres comprobarlo te animamos a que te vengas a Eugi y te alojes en nuestro Hotel Rural Quinto Real. Te dejamos una foto para que te lo vayas pensando:
¡Te esperamos!
Los hoteles rurales cargan con muchos estigmas cuando se les compara con los urbanos. Que si está lejos de la ciudad, que si es aburrido, que si las horas pasan muy despacio… Pero nada más lejos de la realidad.
Un hotel rural es la alternativa perfecta para desconectar de la rutina del día a día. Para huir de la ciudad y respirar aire fresco, mezclarse con la naturaleza, pasear por remansos de paz y degustar la gastronomía local que tanto caracteriza a las regiones españolas.
Pero ¿qué tiene que tener un hotel rural para que lo puedas disfrutar al máximo? Es decir, para que puedas extraerle todo el jugo a una escapada de fin de semana con los niños o con tu pareja. Según nuestro punto de vista, cinco cosas que te contamos a continuación:
Guía sobre el lugar
No nos engañemos: normalmente, el que busca un hotel rural es porque está interesado en su enclave. Si te vas a Pamplona, dónde se ubique exactamente el hotel puede ser más secundario porque moverse por la ciudad es sencillo, las actividades turísticas son siempre las mismas y los museos no van a dejar de estar ahí. Puedes acudir en tranvía, autobús o paseando.
Pero el que va al hotel rural sabe dónde se está quedando y le interesa que sea en un lugar que lo tenga todo en cuanto a posibilidades de disfrutar de la naturaleza. Por ello, el hotel rural debe ser consciente de esto y proporcionar toda la ayuda posible sobre las distintas opciones de la zona. Si puedes hacer turismo activo en la naturaleza, mejor, ¿no te parece?
Qué rutas de senderismo hay disponibles, cuáles son los pueblos más cercanos, qué visitar, qué degustar, qué deportes practicar… Es decir, los empleados del hotel deberían poder proporcionar la información necesaria para que la experiencia en la zona sea insuperable.
Puedes pedir un tríptico con información de la zona, que algunos hoteles rurales lo tienen por su alta demanda. Pero sin duda lo que mejor resulta y más gusta a los invitados es charlar de forma relajada con algún miembro de la recepción, que se desgañitará para que vuestra escapada sea espectacular tanto dentro como fuera del hotel.
Si eres ciclista por ejemplo, este tipo de hoteles rurales son lugares perfectos para practicar BTT o ciclismo de carretera.
Acuerdos con centros culturales y actividades de ocio
Si eres de los que hace de todo, esta característica es básica para ti. Es muy común que los hoteles rurales tengan acuerdos apalabrados con empresas de la zona, de modo que puedas disfrutar de alguna actividad a precio reducido solo por alojarte en el hotel rural en cuestión.
Por ejemplo: imagina qué fácil se te pondría una escapada si cuando llegas al hotel en la recepción te dicen que vas a poder disfrutar de una sesión de rafting a mitad de precio con una empresa. O que vas a poder visitar el interesante museo de piedras preciosas del pueblo local de forma totalmente gratuita presentando tu recibo del hotel o en el caso de Quinto Real, que puedes visitar la Real Fábrica de armas de Eugui.
Foto Diario de Navarra
Y sabiendo lo que da de sí la atmósfera rural… ¡Imagina la diversión y entretenimiento! No vas a tener horas suficientes en un fin de semana.
Comida casera en el restaurante
Es un pecado el ir a un hotel rural y no poder disfrutar de la gastronomía local preparada de forma casera.
Una de las cosas que más gustan a las personas que se escapan durante un fin de semana al campo es el poder romper con lo habitual, y nada mejor que la gastronomía para ello. En sus pequeñas vacaciones buscarán el placer de los pequeños detalles, y es ahí donde la mano casera marca la diferencia.
Si vas a un hotel rural y éste no tiene servicio de restauración 100% casero, a tu experiencia siempre le faltará un punto.
Atmósfera de ensueño
No te conformes solo con estar en el campo; busca que además el emplazamiento del hotel rural ofrezca unos atractivos imposibles de encontrar en la gran ciudad. Por ejemplo, unas vistas espectaculares a la sierra o un bosque lleno de árboles y flores o a un lago, para pasear después de comer.
Si te pones exquisito puedes buscar incluso un hotel que tenga cerca un río en el que poder bañarte, o un jacuzzi en la habitación para darte un baño de burburjas y resguardarte del fresquito de fuera. ¡Todo es posible en un hotel rural!
Pocas habitaciones
No es una característica imprescindible, pero es deseable. Cuantas menos habitaciones tiene el hotel rural, más atento es el personal y mejor la calidad del servicio. Es como una regla de tres que se da en el 95% de hoteles rurales de nuestro país.
Si vas a un hotel en el campo con muchas habitaciones no quiere decir que no te lo vayas a pasar bien. De hecho, si su propietario sabe qué es lo que diferencia a los buenos hoteles rurales de los malos, insistirá mucho a sus empleados para que muestren la cara más amable que puedan.
Pero la norma general es que a mayor tamaño, peor trato al cliente. Y como te contamos en este otro post sobre los hoteles con encanto, el trato a los huéspedes es una de las características más comunes de los hoteles alejados de las grandes urbes.
En resumen: trato humano, ocio y los pequeños detalles
Estas son las características que consideramos que debería tener un hotel rural para que pudieras vivir una experiencia rústica inmejorable durante tu estancia. Si quieres comprobarlo te animamos a que te vengas a Eugi y te alojes en nuestro Hotel Rural Quinto Real. Te dejamos una foto para que te lo vayas pensando:
¡Te esperamos!
