Los restaurantes para niños no abundan en nuestro país. Es posible que sea porque cuando somos pequeños no disfrutamos de las salidas a comer como cuando somos mayores, o que los dueños de los restaurantes tienen miedo de que los niños molesten con el ruido al resto de comensales.
Sea como sea, hoy vamos a hablar de los restaurantes para niños y bebés. ¿Qué deberían tener? ¿Qué no puede faltar?
#1 Sillas para los pequeños
Un clásico que muchos de los restaurantes en teoría “aptos” para niños y bebés no tienen.
Las sillas son esenciales para que el niño se quede en la mesa. Si es un bebé, desde luego que sin sillita ni siquiera se va a poder sentar a comer. Si es algo más mayorcito, una silla adecuada a su tamaño para que llegue a la mesa sin problemas es primordial en caso de que esta le quede algo alta. Un soporte que le eleve también podría funcionar, como los del cine.
#2 Cambiador en el baño
Si un bebé llega al restaurante y de repente llena su pañal, ¿qué hacer? En estos restaurantes, “bebé-friendly”, no debería faltar un cambiador en el cuarto de baño, alejado de las zonas donde se come. El mal olor es desagradable.
Los padres no pueden evitar que el niño haga sus deposiciones en el pañal, así que todo restaurante para niños debería tener una zona apartada en la que se le pudiera cambiar el pañal con tranquilidad.
#3 Zonas para darle el pecho
Hablando de tranquilidad: se ha creado mucho revuelo con eso de las madres dándole el pecho a su hijo en cualquier sitio. Están en su pleno derecho, sin duda.
Pero… ¿Y cuando la madre quiere darle el pecho en una zona apartada porque prefiere algo de intimidad? Sería aconsejable un lugar tranquilo donde las madres puedan darle el pecho a su hijo con la mayor de las tranquilidades.
#4 Esquinas y enchufes
A los niños, queramos o no, les gusta correr. Meterse por todos lados, agacharse, esconderse y tocarlo todo con las manos. Si los perdemos de vista y resulta que el sitio es un auténtico campo de minas para los que no se dan cuenta, menudo peligro. Estamos hablando, por ejemplo, de las esquinas peligrosas y los enchufes.
Cuidado con este detalle. En casa podemos tener los enchufes cerrados y las esquinas suavizadas, pero en un restaurante es muy factible que eso no sea así. Por tanto, un buen restaurante par niños debería pensar en su seguridad poniendo mesas circulares o con esquinas no peligrosas, y tapando los enchufes para que los más pequeños no sientan la tentación de meter los dedos.
#5 Espacio amplio
Todo el que tiene hijos sabe de la dificultad que hay en mantenerlos sentados cuando acaban de comer. Eso de la sobremesa no lo entienden. Es evidente: son niños y tienen cosas mejores que hacer. A mediodía especialmente parece que tengan una energía inhumana, que sienten la necesidad de consumir corriendo, saltando, gritando, etc.
Por eso, un restaurante pensado para niños debería tener un espacio muy amplio, para que estos se pongan a corretear cuando terminen sus obligaciones primarias.
#6 Menú infantil
No es imprescindible, pero sí muy aconsejable. A los restaurantes para niños y bebés van pequeños de todas las edades y a todos nos gusta comer algo rico cuando salimos por ahí. Si le ofrecemos un exquisito plato de pimientos del piquillo o chuletón que para nosotros es un manjar, lo más probable es que el niño no se lo coma, aunque de mayor todos sabemos que no podrá pedir otra cosa.
Las hamburguesas, las pizzas, la carne, las patatas fritas, la pasta… Este tipo de cosas hacen felices a los niños cuando comen fuera que, como ya hemos dicho, no es algo que disfruten especialmente. Poniendo un menú para niños se lo estaremos dejando muy fácil a sus padres, que tendrán un problema menos del que preocuparse.
#7 Calentar la comida sin problemas
Cuando los niños tienen dientes y pueden comer de todo, lo que se llevan a la boca depende de lo que ofrezcamos en la carta. Pero ¿y si no tiene dientes? ¿Y si es un bebé de pocos meses y todavía no come sólidos? ¿Y si es intolerante a algo?
Más allá de que tengamos alternativas con alimentos sin gluten, un buen restaurante para niños nunca pondrá pegas a los padres si estos piden calentar algo en el microondas, por ejemplo.
#7+1 Entretenimiento extra: piscina de bolas, jardín o columpios
El siguiente nivel es la excelencia: aquello no obligado pero que los niños adoran. Estamos hablando de, por ejemplo, un jardín. Una zona exterior donde los niños puedan correr con total libertad, libres de peligros y sin ser un peligro para otros comensales. Un lugar en el que puedan gritar y divertirse de la manera que más les gusta.
Los columpios son otro clásico, que si se tiene zona exterior es muy común encontrarlos. Aun así, hay padres que no se fían de dejar a sus hijos sin vigilancia en los columpios por el riesgo de accidente que pueda haber.
Lo que sí que gusta a todo el mundo son las piscinas de bolas, por ejemplo. Están en un interior, por lo que los padres pueden acercarse a vigilar cuando quieran. Son bolas de plástico, así que no hay peligro de hacerse daños. A los más pequeños les encanta saltar y sumergirse entre las miles de bolas: disfrutarán más ahí que comiendo, por muy bueno que esté lo que haya hecho nuestro chef.
El mejor restaurante para niños de Eugi
En el Quinto Real contamos con un restaurante en el que los niños son más que bienvenidos. Elaboramos menús infantiles para ellos y nuestros espacios al aire libre los disfrutan más que nadie. Si quieres traerte a tu familia cualquier fin de semana, eres más que bienvenido.
¡Hasta la próxima!
Los restaurantes para niños no abundan en nuestro país. Es posible que sea porque cuando somos pequeños no disfrutamos de las salidas a comer como cuando somos mayores, o que los dueños de los restaurantes tienen miedo de que los niños molesten con el ruido al resto de comensales.
Sea como sea, hoy vamos a hablar de los restaurantes para niños y bebés. ¿Qué deberían tener? ¿Qué no puede faltar?
#1 Sillas para los pequeños
Un clásico que muchos de los restaurantes en teoría “aptos” para niños y bebés no tienen.
Las sillas son esenciales para que el niño se quede en la mesa. Si es un bebé, desde luego que sin sillita ni siquiera se va a poder sentar a comer. Si es algo más mayorcito, una silla adecuada a su tamaño para que llegue a la mesa sin problemas es primordial en caso de que esta le quede algo alta. Un soporte que le eleve también podría funcionar, como los del cine.
#2 Cambiador en el baño
Si un bebé llega al restaurante y de repente llena su pañal, ¿qué hacer? En estos restaurantes, “bebé-friendly”, no debería faltar un cambiador en el cuarto de baño, alejado de las zonas donde se come. El mal olor es desagradable.
Los padres no pueden evitar que el niño haga sus deposiciones en el pañal, así que todo restaurante para niños debería tener una zona apartada en la que se le pudiera cambiar el pañal con tranquilidad.
#3 Zonas para darle el pecho
Hablando de tranquilidad: se ha creado mucho revuelo con eso de las madres dándole el pecho a su hijo en cualquier sitio. Están en su pleno derecho, sin duda.
Pero… ¿Y cuando la madre quiere darle el pecho en una zona apartada porque prefiere algo de intimidad? Sería aconsejable un lugar tranquilo donde las madres puedan darle el pecho a su hijo con la mayor de las tranquilidades.
#4 Esquinas y enchufes
A los niños, queramos o no, les gusta correr. Meterse por todos lados, agacharse, esconderse y tocarlo todo con las manos. Si los perdemos de vista y resulta que el sitio es un auténtico campo de minas para los que no se dan cuenta, menudo peligro. Estamos hablando, por ejemplo, de las esquinas peligrosas y los enchufes.
Cuidado con este detalle. En casa podemos tener los enchufes cerrados y las esquinas suavizadas, pero en un restaurante es muy factible que eso no sea así. Por tanto, un buen restaurante par niños debería pensar en su seguridad poniendo mesas circulares o con esquinas no peligrosas, y tapando los enchufes para que los más pequeños no sientan la tentación de meter los dedos.
#5 Espacio amplio
Todo el que tiene hijos sabe de la dificultad que hay en mantenerlos sentados cuando acaban de comer. Eso de la sobremesa no lo entienden. Es evidente: son niños y tienen cosas mejores que hacer. A mediodía especialmente parece que tengan una energía inhumana, que sienten la necesidad de consumir corriendo, saltando, gritando, etc.
Por eso, un restaurante pensado para niños debería tener un espacio muy amplio, para que estos se pongan a corretear cuando terminen sus obligaciones primarias.
#6 Menú infantil
No es imprescindible, pero sí muy aconsejable. A los restaurantes para niños y bebés van pequeños de todas las edades y a todos nos gusta comer algo rico cuando salimos por ahí. Si le ofrecemos un exquisito plato de pimientos del piquillo o chuletón que para nosotros es un manjar, lo más probable es que el niño no se lo coma, aunque de mayor todos sabemos que no podrá pedir otra cosa.
Las hamburguesas, las pizzas, la carne, las patatas fritas, la pasta… Este tipo de cosas hacen felices a los niños cuando comen fuera que, como ya hemos dicho, no es algo que disfruten especialmente. Poniendo un menú para niños se lo estaremos dejando muy fácil a sus padres, que tendrán un problema menos del que preocuparse.
#7 Calentar la comida sin problemas
Cuando los niños tienen dientes y pueden comer de todo, lo que se llevan a la boca depende de lo que ofrezcamos en la carta. Pero ¿y si no tiene dientes? ¿Y si es un bebé de pocos meses y todavía no come sólidos? ¿Y si es intolerante a algo?
Más allá de que tengamos alternativas con alimentos sin gluten, un buen restaurante para niños nunca pondrá pegas a los padres si estos piden calentar algo en el microondas, por ejemplo.
#7+1 Entretenimiento extra: piscina de bolas, jardín o columpios
El siguiente nivel es la excelencia: aquello no obligado pero que los niños adoran. Estamos hablando de, por ejemplo, un jardín. Una zona exterior donde los niños puedan correr con total libertad, libres de peligros y sin ser un peligro para otros comensales. Un lugar en el que puedan gritar y divertirse de la manera que más les gusta.
Los columpios son otro clásico, que si se tiene zona exterior es muy común encontrarlos. Aun así, hay padres que no se fían de dejar a sus hijos sin vigilancia en los columpios por el riesgo de accidente que pueda haber.
Lo que sí que gusta a todo el mundo son las piscinas de bolas, por ejemplo. Están en un interior, por lo que los padres pueden acercarse a vigilar cuando quieran. Son bolas de plástico, así que no hay peligro de hacerse daños. A los más pequeños les encanta saltar y sumergirse entre las miles de bolas: disfrutarán más ahí que comiendo, por muy bueno que esté lo que haya hecho nuestro chef.
El mejor restaurante para niños de Eugi
En el Quinto Real contamos con un restaurante en el que los niños son más que bienvenidos. Elaboramos menús infantiles para ellos y nuestros espacios al aire libre los disfrutan más que nadie. Si quieres traerte a tu familia cualquier fin de semana, eres más que bienvenido.
¡Hasta la próxima!